Diagnóstico

Para hacer el diagnóstico de una uveítis es fundamental una profunda evaluación clínica del cuadro que presenta el paciente. Es importante determinar si el cuadro es crónico o agudo, unilateral o bilateral, si es una uveítis anterior, posterior, intermedia o difusa, según el aspecto biomicroscópico de los depósitos de células inflamatorias en la córnea se establece la característica de enfermedad granulomatosa o no granulomatosa, esto último nos ubica en ciertos grupos de enfermedades que debemos considerar como causas posibles; además son muy útiles los antecedentes personales con respecto a patologías previas, cirugías, internaciones, identificación de alteraciones clínicas que pudieran pasar desapercibidas, hábitos alimentarios y contacto con animales. El examen con lámpara de hendidura y la oftalmoscopía binocular indirecta son los elementos que nos van a permitir describir todos los aspectos clínicos que presenta el ojo comprometido.

A veces cuando existen algunas dudas o resulta imposible evaluar el fondo de ojo se utiliza la ecografía ocular y la retinofluoresceínografía, según el caso.

Puede ocurrir, que los elementos observados desde el punto de vista clínico y los obtenidos con la anamnesis del paciente no sean suficientes para hacer una diagnóstico presuntivo, y es aquí donde comenzamos a solicitar ciertos estudios complementarios que tendrán que ser orientados a reducir las posibilidades diagnósticas al mínimo posible. Estos son estudios de sangre, orina, radiográficos y el pedido de interconsulta con otras especialidades clínicas.

Desde ya que si continuamos sin obtener una presunción diagnóstica satisfactoria continuaremos investigando utilizando exámenes de mayor complejidad como la resonancia nuclear magnética, tomografías computadas, centellogramas, y hasta puede ser necesario tomar material intraocular para su análisis citológico y bioquímico.